Hace poco que me di ese gusto pendiente de la vida que tenía que era leer The Bell Jar, de Sylvia Plath. Hasta el momento había leído a otras escritoras influenciadas por ella, y sólo un par de poesías suyas. Su única novela es un libro agridulce y hermoso, pero que al retratar el avance de la enfermedad mental de su protagonista (en una novela semi autobiográfica, dato no menor) se imprime de un dejo de tristeza. El tema es que más allá de describir, a su manera, esta enfermedad, es imposible en más de un pasaje no sentirse identificada, al menos para quien les escribe.
Lo curioso, además, es que en la reciente Feria del Libro, en mi stand favorito siempre allí (Waldhuter), donde siempre hago buenos hallazgos, me apareció otro libro de ella. Que no era de poesía. Sino de dibujos. Si bien no tiene demasiado texto, y no lo terminé de leer porque oficialmente nunca lo agarré (pero ya leí el prólogo escrito por su hija y la primera carta, una muy extensa, de las que le dedica a su marido), todo lo expuesto acá se sitúa en un momento mucho más temprano de su vida, y la Sylvia Plath a la que leemos en sus cartas y sus dibujos, es muy distinta a aquella que pone en la piel de Esther Greenwood (el nombre de la protagonista de su novela).
Juan Carlos Galan
/ May 15, 2015Hola:
Curiosamente he estado en Buenos Aires el mes pasado y tuve la oportunidad de visitar la FIL. Me pareció una gran Feria con bastantes actividades culturales. Compré un libro de Roberto Artl y otro de Jorge Luis Borges (por algo estaba en la Argentina); no comprendí por qué no tenían precio de Feria, o sea, con descuento como se hace por aquí.
También curiosamente no hace mucho que leí -y publiqué en mi blog- un post sobre «La campana de cristal» de Sylvia Plath. Como he visto en esta entrada que te gusta esta autora, por si te pudiera interesar, te dejo el enlace al post que hice sobre su única novela (http://elblogdejcgc.blogspot.com/2015/03/sylvia-plath-la-campana-de-cristal.html).
Un saludo muy cordial